Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

No me gusta el Parque


El parque, vayas a el que vayas, y dependiendo de la hora a la que vayas.


Hay diferentes tipos de gente. Puedes vivir una gran y divertida experiencia con tu hijo, o acabar a malas, incluso teniendo que marcharte del dichoso parque, ese que a veces parece una jungla. Hoy me gustaría contar algunas experiencias malas, y porque cada vez me gusta menos el parque.

Si, a mi muchas veces los parques infantiles, me parecen junglas. Parecen recintos donde los padres van, sueltan a sus criaturas al igual que sueltas a tu perro de su correa, en mitad del campo para que corra y se canse. Mientras hace lo que más le apetezca sin consecuencias. Sin enseñarles educación básica.

Ciertamente, pocas veces he tenido que intervenir. Normalmente, lo hago para decirle a mi hijo que los juguetes de otros niños no se quitan. Pero otras veces, por ejemplo:

Algunos padres, deben de creer que sus hijos a cierta edad ya no necesitan aprender a comportarse, o a cómo tratar con otros niños diferentes a ellos. O esa es la sensación que a mí me da, vamos. Que por sí solos, van a saber comportarse con otras personas u otros niños. Y esto me lleva a una mañana que fuimos a uno de los parques que hay por mi zona. Estaba mi hijo jugando tan tranquilo con otro niño, o subiendo al tobogán. Cuando llegaron 4 niños. Tres niños y una niña. Tendrían entre 7 y 10 años.

Llegaron al parque entre gritos y correteos de libertad, claro son niños. Pero se subieron al tobogán y se hicieron los dueños del parque. Espetándole a mi hijo que por aquel entonces tenía 2 años. Que los niños pequeños no podían subir, que él era un niño infantil y tonto que no podía estar allí. Lógicamente mi hijo con dos años no sabía que estaba pasando, y cuando yo misma les dije a esos niños que el parque era de todos y no podían decirle eso, porque era más pequeño y no entendía.

Ellos se rieron, burlándose diciendo le al niño que era tan infantil que su madre, tenía que defenderlo. Claro, tú tienes diez años y mi hijo dos. ¿Cómo no voy a tratar de ayudarlo?

Pero bueno, ya que el parque tenía más cosas, animé a mi hijo a ir a otro sitio a jugar. Pero lógicamente quería subir al tobogán a jugar con esos niños. Después comenzaron a quitarse los zapatos y a tirar los por el aire. Sin miramientos de a quien pudieran dar. Y de hecho una de esas zapatillas voladoras le dio a mi hijo. Cuando le pedí al niño que tuviera cuidado, que le había dado al niño que era más pequeño, su respuesta fueron más risas y burlas.

Y la pregunta del millón. ¿Dónde estaban sus padres mientras tanto? El padre de esas criaturas no sé, concretamente vinieron con las madres, y ellas estaban en una animada tertulia de grupo. Al final, la única opción que quedó fue marcharnos de allí. Indignada alcé la voz, cogiendo a mi hijo y dije, que teníamos que irnos, ya que no se podía estar tranquilo.

Por suerte, nos pudimos ir a otro parque donde había niños, de más o menos su edad y mucho mejor educados. Donde lo pasó muy bien.



Hubo otra ocasión, no hace mucho, en la que tuve que parar a un grupito de niños y niñas que estaban acosando a mi hijo.

Si, digo acosando, porque, aunque en esta ocasión eran niños más pequeños, entre 4 y 6 años. Que estuvieran alrededor de mi hijo, preguntándole si era tonto por no hablar, a mí me pareció muy agresivo. Porque mi hijo lo único que quería era jugar con la pelota de tenis que tenían esos niños. Eso les dio pie a tratarlo como a un perrito persiguiendo la pelota. Literalmente. Le decían que parecía un perro, que les siguiera.



Y mi hijo claro, con toda su inocencia, de verdad se pensaba que estaban jugando con él. Le preguntaban si sabía ladrar. "Pero abre la boca! ¿Sabes hablar? ¿Y ladrar?". Mi hijo estaba rodeado de niños, (Vale, no diré gritar, para que no me digan exagerada) hablando muy alto, pidiéndole que abriera la boca, o dijera algo. Me llamaran sobre-protectora, pero le veía agobiado. Y otra vez la pregunta del millón. ¿Dónde estaban sus padres?

En esta ocasión estaban muy cerca, podían escuchar perfectamente como sus hijos se metían con el mío, así que esperé a que intervinieran. El padre, en una ocasión, se giró un momento y dijo: "Fulanito, no hagas eso". Y siguió con su conversación.

¿Te imaginas el coraje que me entró?


En ese momento decidí intervenir. Me acerqué a mi hijo, y le pregunté si pasaba algo, si estaba bien. Algunos niños se dispersaron. Pero uno se acercó a mí y me dijo que el niño no hablaba. Intenté explicarle que era muy pequeño y que aún no sabía hablar. Entonces me dijo:" Pero dice que sí con la cabeza".  Y de nuevo le expliqué.

Claro, él sabe decir que si con la cabeza, pero otra cosa diferente es saber hablar. Es muy pequeño. Una de las niñas se volvió a acercar, y me dijo: " Ha dicho que se quiere llevar mi pelota a su casa". Yo claro, pensé que si mi hijo no hablaba como había podido decir eso. Pero, claro, la inocencia de los niños, pensé. Y le dije: "Seguro que ha dicho eso porque le gusta mucho, pero no se la va a llevar porque no es suya. ¿Pero podéis jugar todos con la pelota hasta que nos vayamos no?"

Y fíjate si cambiaron las cosas, que ahora jugaban con él. Le daban la pelota para que la tirase, se la pasaban de unos a otros, y dejaron de acorralar al niño con preguntas. Simplemente jugaron, hasta que los padres de esos niños decidieron que era hora de irse.

¿A qué conclusión llegamos con esto? Que tengan la edad que tengan nuestros hijos, necesitan ser educados. Que no puedes llegar al parque y soltarlos como si fuera un campo, o una jungla. Eso no es civilizado. Que cuando son muy pequeños son cosas de niños, pero no pueden crecer pensando que tratar así a otros está bien. Solo con explicarles porque otro niño es diferente puede ser suficiente. Y puede marcar la diferencia, entre el acoso y jugar como niños.

Y que, si tienes que dejar tu puñetera conversación para enseñarle a tu hijo como tratar con otra persona o niño, joder, ¡hazlo! Educa a tu hijo primero, y luego sigues con tu charla.

Parque y juguetes


Otra historia son los juguetes en los parques. Aunque lo llevamos mejor, también lo odio un poquito. Sé que no se hace con mala intención, lo de llevar los juguetes. Los niños quieren llevar sus juguetes favoritos, para poder usarlos allí o enseñárselo a otros niños.

Y no me importa cuando un niño viene y quiere intercambiar los juguetes. De hecho, cuando nos lo propusieron otros padres, me pareció una idea fantástica, para que los dos estuvieran entretenidos y contentos. La "pesadilla" es cuando llega la hora de devolver el juguete. Porque o bien nos vamos, o el otro niño/a se va. ¡La que se puede liar!

Hay días en que va bien. Le explicas que debe devolverlo, que el otro nene se va, y o bien coge su juguete o se va a jugar con el tobogán. Pero hay otros días en que se levanta con los cables cruzados (como todo ser humano claro) en que no quiere devolverlo, llora y patalea por ese juguete. Y hasta que consigo distraerlo con otra cosa, ¡aguanta el chaparrón majo!

Veo la buena intención de los padres, cuando mi hijo se acerca a coger un juguete y me dicen "no pasa nada", cuando regaño al niño.

Yo también lo he hecho. Pero sí que pasa, tengo que enseñarle que los juguetes ajenos no se cogen sin más. Hay que preguntar. Y claro, como no habla imagínate el panorama. Pero he conseguido que, con signos, señale el juguete y pida por favor juntando sus manos.

Poco a poco, voy encontrando formas para que se comunique. Aunque sea por señas. Vamos pasito a pasito.

Y ojo, que como he dicho, yo también lo hago. Viene un nene/a y coge el juguete de mi hijo y sonrío al niño, le digo a ese padre que viene corriendo que no pasa nada. Porque además de no ser capaz de decirle nada a esa pobre criaturita, creo que no es mi labor. Mi labor es enseñar a mi hijo. Y estoy segura que los demás padres piensan igual. Si coge el juguete, luego llega la hora de irse, y eso puede ser una lucha psicológica para hacerle entender que lo devuelva a su dueño.

Pero bueno, eso sí que son cosas de niños, debemos tener paciencia y seguir enseñándoles. Pero los padres también deben aprender que los parques no son junglas para soltar a los niños. Tengan la edad que tengan, necesitan seguir aprendiendo a comportarse. A ser educados, a que cosas no deben decir por si pueden herir a otro. Siempre hay que enseñarles.

Y algunos me llamaran madre Helicóptero, o sobre-protectora. Pero ahora te pido que pienses una cosa. Mira a tu hijo en el parque, y piensa en cómo se comporta en el colegio. En el patio, cuando no hay adultos, cuando no tienen a nadie que les enseñe a no herir a los demás, o cuando no hay nadie que les ayude en esa situación de acoso.

¿Cómo crees que se comporta tu hijo en el patio del colegio?


No me gusta pensarlo, pero a veces me temo que mi hijo sea de esos que sufrirán acoso escolar. Aunque repito, que prefiero no pensarlo mucho, ya que la vida da muchas vueltas. Y tal vez algún día me encuentre en la tesitura de regañar a mi hijo por tratar mal a otro. De estar en ese lado. Espero que, si llega el día, poder hacerle entender lo mal que está algo así y que no vuelva a suceder.

Leyendo el post del famosillo señor Tang de Naranja, me ha hecho pensar.
¿Cómo sabemos si estamos criando héroes de sí mismos? ¿Cómo podemos educarlos correctamente para que no sean ni el acosado ni el acosador?

Yo creo que se empieza por estar ahí, mirar que hacen y corregirles si hacen algo mal.

Llegada la hora, creo que voy a sufrir más yo, cuando vaya al colegio, que él. :P



Comentarios

  1. Yo sinceramente no entiendo porque hay que llevar juguetes al parque, en el parque ya hay juguetes, ¿por eso vamos o no? Quiero decir, mi peque tiene 15 meses y se lo pasa en grande con los juguetes del parque... la pesadilla llega... cuando llegan los juguetes... a mi parecer y por lo que leo y veo... los niños hasta cierta edad no saben compartir y quizás unos necesiten más tiempo o que otros o indirectamente no les gusta dejar sus juguetes. ¿Entonces si sabemos que nuestro hijo no acepta compartir sus juguetes... porque leches los seguimos llevando al parque? Está claro que estamos sembrando el conflicto, ¿no? ¿Para que aprendan a compartir? Pues quizás deberíamos enseñarles previamente y cuando esté preparado, si quiere llevar sus juguetes sabiendo que otros más pequeños se los pueden quitar... pues adelante. Yo no llevo nunca juguetes al parque, los he llevado y a mi hija le da bastante igual que otros los cojan, pero ella siempre quiere lo que otro tiene y si se trata de un bebe, ya la hemos liado porque los coge, las otras niñas lloran y claro se lo he de devolver a esas niñas y mi hija también llora... en fin, ahora cuando veo un bebe en el parque a veces ni entro al parque, directamente busco uno donde los niños no lleven o juguetes o donde no haya bebes de juguete...
    Solo es mi punto de vista, pero lo que creo es que no deberíamos llevar juguetes a los parques, no sé, quizás más adelante mi hija me pida llevarlos, cuando pueda hablar, pero para ese entonces espero que entienda lo de compartir, sino lo logra, creo que le diré lo que pienso, que en el parque hay juguetes, toboganes y demás y que no es necesario llevarnos los nuestros.
    Vamos, me enfada tanto este tema que he pensado incluso en imprimir una circular y pegarla por los parques a ver si así cesan los lloros 😁
    Lo que realmente no entiendo, si tu hijo no te pide que lleves juguetes al parque, ¿porque lo hacemos? A veces pienso que incluso les podemos crear una dependencia con este acto, ellos no lo necesitan ¿porque les creamos ese hábito? Al parque se puede ir sin juguetes y en nuestro caso, cuando no hay juguetes es cuando mejor lo pasamos, los niños no necesitan juguetes para socializar, tienen todo un mundo por explorar, los juguetes sobran ante la naturaleza, otros niños etc. Eso es mi punto de vista, pero vamos, sé que es una guerra perdida, así que seguiré tratando de disfrutar en los parques pese a que los juguetes hacen que los conflictos se multipliquen 🙌

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  2. Por mi experiencia te puedo decir, que cuando él lo pide (que suelen ser coches) es porque le gusta tirarlos por el tobogán. Otras veces yo se lo digo para que lo intercambie con otro niño. porque si o si va a querer el juguete de otro, así que con esta táctica nos ahorramos cierto disgusto si los intercambian. Otras veces directamente no me llevaría ningún juguete. Y pienso igual que tú. Muchas veces he deseado que estuvieran prohibidos para ahorrarme ese rato de "Venga nos vamos a casa, devuelve el juguete" porque ya la tenemos liada. Pero bueno, aunque les cueste compartir, al menos con mi hijo, la insistencia al cabo del tiempo ha dado sus frutos. Son niños y no entienden, y nosotros como padres, nuestro trabajo es poco a poco y con paciencia hacérselo entender. Gracias por compartir tu opinión. ¡Un abrazo!

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