Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

Cuento al que llaman: Conciliación


¿Sabes lo que es vivir con una persona, pero echarla de menos?


Eso es lo que me pasa a veces.

A veces extraño mi marido. Y no me refiero al tema Sexo. Quizá algún día me anime a hablar de este tema. Pero por el momento no me llama. Echo de menos a la persona. Pasar tiempo juntos. Echo de menos esa parte de nuestra relación. El ser solo nosotros dos. Pero soy feliz siendo tres. Me encanta hacer cosas los tres juntos. Pero el tema de hoy no somos nosotros como pareja.



Si no la relación Padre/Hijo/Trabajo. Puede que sea solo mi mente calenturienta. Pero me he dado cuenta que desde que somos padres, tiene más trabajo. Si, tal vez ha coincidido la paternidad con su crecimiento laboral. Y la consecuencia es pasar menos tiempo en casa. Pero no deja de mosquearme.

Antes de ser padres también llegaba tarde. Aunque no siempre. Solo pasaba en contadas ocasiones. Con algún proyecto grande, o en las vacaciones de verano. Ya sabes, cuando los demás se van de picos pardos. El que se queda, tiene que "pringar".


Desde hace una larga, laaaarga temporada. Ha dejado de ser algo puntual. Ahora tengo que pelear por verle. Porque su hijo le vea no solo un rato antes de irse a trabajar, mientras desayunamos. Ahora tengo que pedirle que intente salir a su hora. Que delegue cosas. Que se encargue otro. Incluso alguna vez le he preguntado si tenía que pedir cita. Si, esto ya es en mi cabreo máximo.

He de admitir que incluso alguna vez, he llegado a pensar que lo hacía adrede. Que la paternidad le suponía tal agobio que procuraba llegar tarde. Vale, sí. Y por una milésima de segundo, incluso pensé en Infidelidad. Pero al segundo siguiente la idea me pareció absurda. Y para terminar con ella, lo que decidí hacer fue bromear.

Si, bromear con mi marido sobre si estaba con la querida. Que le dijera, que hoy no podía ser, que su familia lo esperaba en casa. Y como ya son 14 años juntos, su reacción, la que yo esperaba, me ayudo a matar ese pensamiento. Sé que si algún familiar de mi marido, o mi familia que también lo conocen desde hace 14 años. Sé que me dirán, "Pero mujer, como se te ha ocurrido pensar algo así".


Pues mira, cuando pasas tanto tiempo sola con tu hijo, esperando a tu marido, y pensando en que le retiene. Se te llegan a pasar muchos pensamientos por la cabeza. Es inevitable. Pero lo que no se debe hacer es dejar que te domine, te obsesione y te afecte. Si realmente no lo crees posible. Seguro que habrá parejas en que su pensamiento era fondado y ya sabemos que es lo que pasa.


Ahora pienso que, mi marido tiene más responsabilidades, más trabajo, más proyectos. Proyectos más grandes, y falta de personal. Entre que su jefe está de baja por Paternidad (La cual seguro está disfrutando, con todo su derecho. Y me alegro un montón por él.) Y que falta personal. Por no mencionar que resulta ser como yo. Que su trabajo le gusta como él lo hace. Y no es que los otros lo hagan mal. Lo hacen de forma diferente y no le gusta. ¡Ah!! ¡Amigo!! Pues eso exactamente me sucede a mí.

Y todo ese trabajo. De llegar a las tantas. De trabajar en casa. Que esto sí que me jode toca las narices. Aunque esta en casa, no está de mente presente.

¿Y todo esto para qué? ¿Para ganar más dinerito al mes? ¿Para crecer laboralmente?


No. Todo esto es para crecimiento suyo personal. Y jodienda familiar.

Pero es que, aunque le dieran un extra por esto, me daría exactamente lo mismo. Yo quiero a mi marido en casa a su hora. Quiero que este en casa de cuerpo y mente. Quiero que juegue con su hijo. Que le dé de cenar, y le lea un cuento. Y por encima de todo quiero NUESTRAS VACACIONES EN FAMILIA. Si, ya me han advertido que no será posible. Y estoy que me llevan los demonios.

Porque voy a tener que irme sola con mi hijo de vacaciones. Todos los años vamos a casa de mis tíos, y este año existe una razón más de peso. Mis primos van a ser Padres. Y me gustaría regalarles algunas cosas. Además, claro de ver a la futura mami y darle un achuchón. Pues este verano, iremos Superboy y yo solos. Nunca he viajado con un niño pequeño en tren. Le tengo pavor a como entretenerlo durante cuatro horas. Un niño de dos años y medio encerrado cuatro horas en un pequeño vagón de tren. Ir en coche es más sencillo. Puedes parar, estirar las piernas, tomarte algo en la cafetería. Ains.



EDITO: Que no se anulan, se posponen.

Antes me quejaba solo por mi hijo. Por su derecho de estar con su padre. Ahora también me quejo por mí. Quiero pasar tiempo con mi marido. Porque extraño a mi marido, y vivimos en la misma casa. Que ya está bien leñe. Cuando no es por una cosa es por otra. Coñe, y sí. Hablo de la intimidad de la pareja. Que, si llega tarde, estamos cansados, cenamos y a dormir. Bueno, a dormir yo. (Creo que debería cambiarme el estado civil de Casada por Cansada.) Y cuando el raro día que llega a su hora, Superboy decide que es el día perfecto para dormirse más tarde. ¡¡¡¡"Cago en la mar salá"!!!!


Y estoy segura de que otros padres y madres se encuentran en una peor situación. Es lamentable, y aunque me dicen que no me queje. Por esa gente que está peor que nosotros. Me vas a disculpar, pero si no lo hago reviento. Porque esto ya le empieza a afectar a mi hijo. Si su padre le promete salir a su hora para llegar pronto y bajar a la piscina, mi hijo lo espera. Se pasa toda la tarde hasta que llega mirando la piscina, la señala entusiasmado. Porque sabe que cuando venga papá se van al agua.


Pero, si por culpa del trabajo papá llega tarde y el niño se queda sin piscina con papá. ¿Qué crees que ocurre? Que el niño se enfada. Y con toda la razón. A pesar de todo, a pesar de mi cabreo, a pesar de mi frustración. Intento apoyarle y ayudarle como pueda. Porque me imagino lo culpable que se debe de sentir por todo esto. Y no es culpa suya (bueno, quizá un poco si, por no delegar... :P )

No podré hablar de conciliación por mi parte, pero lo que veo a través de mi marido es una basura.

Gracias por aguantar mis desahogos. ¡Un abrazo!

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