Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

Maternidad Imperfecta [Casa Imperfecta]

Desde tiempos inmemoriales, nos han vendido y nos venden una maternidad perfecta.


Donde las madres o progenitores, tiene una vida estupenda, perfecta. Son felices en cada aspecto de sus vidas. (Solo hay que ir a la típica revista, o a Pinterest.) Tienen una casa perfecta, limpia y recogida. Nada fuera de su sitio. Y así nos lo hacen ver muchos y muchas por Instagram o por Youtube.

No voy a mencionar a nadie. Ya cada uno sabrá, o conocerá a alguna de estas celebridades del 2.0 y podrá juzgar por sí mismo.

Yo hoy vengo a contar que mi vida y que mi maternidad no es perfecta. Ni por el más mínimo asomo. Soy un ama de casa muy imperfecta. Y una madre que comete errores. Errores que luego me pesan a mí y a mi hijo. A nadie más.

Pero hablemos de mi casa. Ahora mismo está en una época muy malita. Necesita una limpieza a fondo. Y para eso tengo que armarme con mucha paciencia y energía. Para ir recogiendo todos los juguetes que andan esparcidos por el suelo. No existe ningún rincón de mi casa donde no puedas encontrarte o aún peor. Tropezar con un juguete. Normalmente conseguimos que estén todos ubicados en una misma habitación. Pero muchas veces, lamentablemente es imposible.



Y quien viene a mi casa ya lo sabe. Quien me conoce sabe lo mucho que he cambiado, y lo mucho que me ha costado adaptarme a esta nueva vida.

¿"Dónde está esa Mónica Geller, que lo tenía todo escrupulosamente ordenado y limpio, Ana"?- Me preguntan mis amigos más cercanos.



Y yo contesto, que la tuve que guardar desde que nació mi pequeño en una cajita con llave. De vez en cuando la dejo salir para que le pegue un buen repaso a la casa. Por eso de no vivir entre la mierda, por la salud. XD Pero es que si la dejo salir mucho rato, no me deja pasar tiempo con mi hijo. Y hace tiempo que esas prioridades cambiaron. Ahora la casa se limpia y se ordena por encima.





La capa de polvo de la televisión queda perfectamente a juego con la capa de polvo del mueble grande del salón. En esos días en que las motas de polvo, pelusillas y pelos de gato me saludan por el pasillo. Ese día es cuando dejo salir a mi Mónica, para que limpie rauda y silenciosamente. Porque si, da vergüenza. Y me siento muy mala madre y ama de casa por eso. Pero peor me siento cuando mi pequeño Superboy, no puede salir a disfrutar de su amado parque, o ahora en verano, la piscina. La piscina se disfruta mucho mejor desde dentro del agua que desde la ventana, para que nos vamos a engañar.

Por no hablar de lo malita que se pone una servidora después de dejar a la gran Mónica pasar el trapito para el polvo. Sí, soy alérgica a los ácaros. Y cada vez que se limpia, ya sabrás, que muy a nuestro pesar, las partículas de polvo, etc. Están moviéndose por el aire. Y después de esa gran limpieza, me paso todo el día estornudado. Me pica el paladar, la nariz y la garganta. Me dan ganas de rascarme con un rastrillo. (Por dentro) Así a lo bruto, que mola más.




Por no hablar de lo perfectas y hermosísimas que se ven. A mí que me expliquen como lo hacen. Porque sí, tengo celulitis. ¿Y ahora con este calor a que persona loca le puede apetecer llevar el pelo suelto y arreglado? Desde luego a mí no. Y ahora que mi señor marido me ha dicho que la coleta me queda muy bien y le encanta, estoy con el guapo subido y todo el día con coleta. ¡Que hace mucho calor!!!

¿Maquillarme? ¡JA! ¿Pero si apenas me maquillo en invierno, quien en su sano juicio se maquilla en verano? Que no sudas agua. Sudas maquillaje, rímel, colorete, sudas corrector, sudas la pre-base y a la madre que la parió. Y doy gracias de tener tiempo, y poder entretener a mi Superboy lo justo para poder ponerme mis cremitas y potingues varios. Para cepillarme los dientes y que el dentista dentro de 6 meses no tenga ganas de matarme. De ponerme crema Body milk, de esa. Lo justo para que la miel no se me caiga cual serpiente.

Y todo esto, teniendo solo un hijo. Admiro profundamente a esas madres que tienen dos, tres, cuatro….

Pero me sorprende ver a esas Instagramers o Youtubers con un número considerable de hijos y una casa perfecta. Venga, va. Sinceridad. Le pedís a la pobre suegra que venga a limpiar. O tenéis a una asistenta que viene a pegar el repaso. No me importa si os lo podéis permitir o no. Si tenéis niñera y limpiáis vosotras mismas. No me importa si viene tu madre a limpiar o a estar con los niños mientras tú limpias. Eso es cosa tuya, tú sabrás. No quiero saberlo para juzgarte.


Quiero saberlo, para no sentirme tan mala madre, y mala ama de casa. Saber cómo se organizan otras, saber que en realidad también son personas imperfectas, con casas imperfectas, pero con algo de ayuda. No engañemos más a la sociedad con estas cosas. Yo lo admito y aunque me causa cierta vergüenza y malestar tener mi casa así.

Reconozco que no tengo ayuda. Y por este motivo mi prioridad entre una casa perfecta o pasar tiempo con mi hijo. La gran mayoría de veces gana mi hijo. Porque su infancia no durará siempre. Pero la casa siempre se puede limpiar corriendo. Corriendo cuando vienen visitas, ¿eh? ¡Corre! No nos vayan a decir... 

¿Y tú? ¿Cómo es tu casa?


PD: Aunque no lo mencione, mi marido hace lo que puede cuando está. Y Superboy, me ayuda con las cositas más pequeñas. Como meter la ropa en la lavadora, darme las pinzas de tender, etc. ;)

Comentarios