Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

Nuestra adaptación a la Escuela infantil


Como comenté en un anterior post, estábamos buscando Guardería o escuela infantil. En principio solo buscábamos un par de horas al día, ya que yo no trabajo fuera de casa y la idea era que pudiera pasar tiempo con otros niños. Tuvimos la suerte de que comenzaron a construir una escuela infantil muy cerca de nuestra casa.

Y aunque me advirtieron de que tuviera cuidado con ellos, y que me informara bien del sistema de enseñanza y educación, por lo que nos explicaron y ahora hemos estado viendo. Parece que tomamos una buena decisión.



Aunque la razón principal de escoger una escuela cerca de casa era, que, al ser un par de horas, no queríamos pasar la mayor parte del tiempo viajando en autobús. Y además si nos llamasen porque Superboy está enfermo, poder ir enseguida a recogerlo.



Desde un principio Chuk dijo que él se encargaría de dejarlo en la escuela, ya que no podía ir a recogerlo, y en su trabajo no le pusieron pegas por llegar media hora más tarde. Tengo de reconocer, que en temas de estos en su trabajo nunca han puesto pegas, con el tema del niño, y se suma que han comenzado a reconocer el trabajo de todos. Y ya sé que son sus derechos, pero de igual forma que me he quejado, y me sigo quejando de que sale muy tarde de trabajar. Me gusta ver que con el tema de los hijos no ponen trabas y les dan flexibilidad.



Este acuerdo de llevarlo él a la escuela, reconozco que es más beneficioso para mí, sobre todo en el periodo de adaptación. Ya fue duro dejarlo el primer día, que no lloro, porque seguramente no sabía que estaba pasando.



Pero el resto de días en los que, al parecer, lloraba al dejarlo, o se agarraba al cuello de su padre. Yo no hubiera podido con ello. Hubiera sido algo horrible tener que dejarlo en ese estado. Y creo que para mí ha sido lo mejor. Ya sabemos que los niños pasan por ello, todos y mejor o peor. Y que se les acaba pasando, pero no deja de ser duro.



No quita, que yo no haya tenido periodo de adaptación. Si, la he tenido. Para mí ha sido raro, y difícil no tener a Superboy conmigo. Si, solo son cuatro horas al día. Si, está bien atendido y se lo pasará genial seguro. Pero hay que tener en cuenta que hemos pasado juntos casi 24 horas diarias, durante casi tres años. Salvo los días y alguna noche que ha pasado con los abuelos. Hemos estado siempre juntos.



Dejarlo unas horas con personas ajenas a su entorno familiar, aunque supiera que iba a estar bien atendido y seguro, ha sido duro.


PRIMER DÍA




El primer día aguante el tipo hasta salir por la puerta. No quería que Superboy me viera con la lagrimilla y darle una idea equivocada de la situación. Me sorprendió lo bien que se fue con la profesora y lo tranquilo que entro. Bueno, más que tranquilo, confundido. Deseaba que no llorase y disfrutase de la nueva aventura. Menos mal que tenía a Chuk para consolarme y decirme que iba a estar bien.



Aunque en el fondo lo supiera, pero mi pequeño no estaba conmigo y se hacía mayor. Y aunque le prometí a Chuk no llorar más, al llegar a casa y verla "vacía", sin mi chico… ¡Estaba comenzando mi adaptación, la cual se basó en limpiar mucho!! La mañana se hizo un poco larga. Estaba deseando recogerle y saber que tal había ido, abrazarle fuerte y besarlo mucho. 



SEGUNDO DÍA




He de reconocer que mi adaptación duro poco. Lo cierto es que se agradece tener cuatro horas para mí, aunque no quita que eche de menos a mi pequeño. Lo malo es que se pasan muy rápido y no me da tiempo de hacer todo lo que me gustaría. Pero he decidido tomarlo con calma. Mientras tanto Superboy, tenía que lidiar con los cambios. Cosa que al parecer no llevaba muy bien, y a pesar de ellos lo superaba enseguida.


TERCER DÍA



Ese tuit lo resume todo. Lloroso el resto del día a ratos. Me di cuenta de que a penas comía, tanto en casa como en la escuela. Luego encima, se puso malito. Infección de garganta y conjuntivitis. ¡Toma combo!

Ese día llegó lo que siempre dicen, lo que ya me advirtieron tantas veces…

"En la guardería lo pillan todo, Se ponen malitos enseguida. Incluso de cosas que nunca habían tenido."




Los virus nos fastidiaron un fin de semana que prometía ser muy divertido. Si me sigues por las redes ya sabes cómo lo llevamos. Hubo falsa alarma de Anemia, pero quedó en eso.


CUARTO DÍA




Volvió un viernes a la escuela. Aunque se le veía en baja forma, desganado. Quisimos pensar que era culpa de no salir de casa. Que a lo mejor le hacía falta tomar el aire, el sol... Aunque salíamos a comprar y hacer recados, pero muy poco tiempo. Ese mismo día hice lentejas, quería darle un chute de hierro por si acaso. Después de este día, empezó a verse mejor.


QUINTO DÍA




Está teniendo terrores nocturnos y pesadillas. De madrugada comienza a quejarse, llorar, y llamarme. Me lo encuentro sentado en la cama, o dando vueltas como un poseso gritando. Nos cuesta mucho calmarlo, no deja que le toquen o le cojan. Le digo que estoy con él, que soy mamá, pero sigue llamándome llorando. No sabemos qué hacer. Un rato después se calma, me abraza, y se vuelve a dormir. Se despierta, me mira, me toca la cara "mamá…" Se vuelve a dormir. Y así toda la noche.



Por el día se ha vuelto muy dependiente. Quiere brazos a todas horas. Que no me importaría si no fuera porque tengo que cocinar. Que lo demás puede esperar... Y ya no tengo mochila de bebés. No cabe. ¿¿Tendré que comprar otra?? Sale de la escuela y no quiere caminar. Pide brazos y va todo el camino abrazado a mi cuello. Me encanta, pero me da pena. ¿Tanto me extraña en esas cuatro horas?



Para poder hacer la comida o le pongo dibujos o tenemos rabieta. Porque no basta con estar a mi lado ayudándome. Tiene que estar en brazos. Apenas come, o tiene que comer encima de mis piernas, mientras yo se lo doy. No quiere comer solo. ¡Paciencia ven a mí! Bueno, paciencia y café, que estoy derrotada.


RESTO DE LA SEMANA



El resto fue más o menos lo mismo. Exceptuando el día de la excursión, que fueron a una granja escuela a ver vacas.  El pasado día 21 al dejarlo en la escuela, no hubo llantos, ni quejidos. Le dio un beso y se despido de su padre. Entrando tranquilamente a clase con su profesora. ¿Se ha pasado la adaptación? ¿Lo hemos superado? ¿Volverá a recaer? Las pesadillas no han desaparecido. Lo cual nos hace pensar que quizá es cosa de un periodo en la edad. Ya ha pasado temporadas así, aunque no tan seguidas. Pero quizá es cosa de hacerse mayor.



Me han dicho que es posible que algún día vuelva a llorar. Y me huelo que será los días que vuelva a la escuela después de estar malito o las vacaciones. Pero bueno, es lo que hay. Haremos reservas de cajas de paciencia.



Por el tema aprendizaje según lo que nos cuenta la profesora estamos muy orgullosos de nuestro pequeñín. Aunque aún habla a su modo. (Esto tampoco es milagroso, no es llegar y hablar por arte de magia) Esperamos que ver a otros niños de su edad, hablando le animé a él. Me encantaría que al salir de la escuela me contara que ha hecho y que tal lo ha pasado. :)



Os dejo con algunos de los consejos que nos dieron desde la Escuela para prepararlo antes de comenzar y durante la adaptación.


Objetivos para los padres:




  • Desdramatizar la incorporación al centro.

  • Es importante conocer al maestro/a del niño/a

  • Que se familiarice con su aula y dependencias de centro.

  • Conocer los objetivos y la dinámica del curso.

  • Colaboraren el periodo de adaptación.


Actitudes positivas de los padres:




  • Al pasar cerca de la escuela, señalarla, y decirle que va a ir a ella, como se llama..

  • Contarle cosas buenas de la escuela/guardería: Un patio grande para jugar, una clase bonita con juegos, cuentos, pinturas, juguetes..

  • Va a conocer a otros niños y hacer muchos amiguitos, para jugar o pintar. Y una maestra que le enseñara muchas cosas.

  • Darle seguridad y confianza sobre todo en los primeros días.


Recomendaciones:




  • Que lleve su juguete favorito. Para que sienta cerca de él/ella algo familiar y le dé seguridad.

  • Adiós con seguridad confianza y alegría. Evitar que la despedida de prolongue mucho.

  • Actitud positiva. Es muy importante actuar sin culpa, y sin duda, con seguridad.

  • Dedícale tiempo de calidad en casa.

  • Infórmate sobre las actividades que desarrollan en clase.

  • Consulta las dudas que tengas con el centro.

  • Coordina los aspectos de evolución del niño/a. (Operación pañal, fuera chupete, etc.)


MUY IMPORTANTE EVITAR:



  • No le mientas: " No llores, que mamá viene ahora mismo"

  • Evita las frases del tipo: "Ay, pobrecito! Que le hemos dejado solo. ¿Qué te han hecho?"



Los primeros días seguir estos consejos es muy complicado. Por no decir imposible. Aunque puedas fingir que no te entristece dejarlo llorando, aunque puedas disimular la culpa por dejarlo con otras personas. Lo cierto es que esos sentimientos estarán ahí. Pero no pasa nada, no es malo. Y todo pasará. Ellos se adaptaran al igual que tú, y acabará por pasarlo en grande viviendo una nueva aventura.

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