Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

Mamá, Papá. ¿Qué es la muerte? #SmeridianoGuia


El pasado día 24 de noviembre, asistí a una charla organizada por Madresfera y Meridiano seguros.

Una charla sobre un tema complicado, desagradable y que muchas personas, (como una servidora) no sabemos cómo afrontar llegado el momento.



Nos reunieron a algunas blogueras del poder Alicantino para ello, en el Mandarina Garden de la zona centro. Lo cual me hizo poder volver a ver a algunas ya conocidas súper mamis blogueras y conocer a otras nuevas y sus maravillosos blogs. Además de disfrutar de una estupenda merienda, (creo que tenían un malvado plan para cebarnos jaja) Con unas cositas súper chachis.




De la mano de Nuria Javaloyes, pudimos conocer las mejores y peores formas de abordar el tema de la muerte con nuestros hijos/as. Hubo lágrimas y risas. Emociones a flor de piel, ya que algunas contaron sus propias experiencias en el tema. ¿Comenzamos?


¿Qué podemos y que NO podemos hacer?




Muchas veces, por desconocimiento o miedo, cometemos el error de "protegerlos" (Cosa que en realidad no hacemos y averiguaremos porque) no hablándoles de la muerte. Otras veces se opta por la mentira, o adornamos historias que dejan volar su imaginación. Una imaginación que nos lleva a un laberinto sin salida. Situaciones muy complicadas de explicar. Por ejemplo:




No debemos decirles "El abuelo se ha ido de viaje" "Se ha ido" o "Está dormido". Ya que con esto podemos situaciones complicadas, y en los peores casos (como en el caso de "esta dormido") Terrores Nocturnos.



¿Qué niño querría dormir, sabiendo que su abuelo se ha dormido y lo han metido en una caja? Y luego vas y lo entierras. Muy gore para un niño.



La imaginación de los niños es poderosa y más de uno/a seguro que ha querido coger una escalera al Cielo o volar hasta las estrellas o la luna. En su pequeña cabecita todo es posible y no sabemos muy bien cómo explicarles que no pueden. ¿Tú cómo afrontarías esto?





No debemos tener miedo a hablar con ellos y pronunciar las palabras muerte o morir. Es posible que, por su inmensa imaginación, surjan preguntas como:



  • ¿Puedo ir al cielo con el abuelo?

  • ¿Dónde está?

  • ¿Por qué no viene?



Son preguntas a las que podemos responder según nuestras propias creencias.

"Está en el cielo con los ángeles" "Se ha vuelto invisible, y ahora está en nuestros corazones y recuerdos"



Pero si no estamos seguros de que responder, también deberemos ser sinceros en nuestra respuesta.

"No sé dónde ha ido, pero a mí me ayuda pensar que está con nosotros, aunque no pueda hablarnos."


¿Cómo se lo contamos?




  • Primero debemos comunicárselo cuanto antes y siempre que sea posible, una persona ligada al niño. Con el que tenga un vínculo.

  • Con palabras adecuadas a su edad y adaptadas a su capacidad de entendimiento.

  • Siempre diciéndole la verdad, con paciencia y mucho cariño, respondiendo con naturalidad a sus preguntas.

  • Sin ocultar nuestra tristeza, pero siendo fuertes y contenidos. Recordando que nosotros somos los adultos.





No debemos poner el peso de nuestro pesar en los niños con las típicas frases.

"Ahora eres el hombre de la casa. Debes cuidar de tu mamá y hermanos/as"



Los niños son niños, y deben pasar el dolor de su perdida sin la losa de ser el sostén de un adulto.


De 0 a 6 años.




Los niños hasta los 6 años, aproximadamente, no entienden el concepto de irreversibilidad. Aunque existen niños precoces. Es muy normal que un niño entre esta edad pregunte en varias ocasiones donde está la persona fallecida y cuando va a volver. Lo que deberemos explicarles con la mayor normalidad, cariño y tener paciencia, hasta que lo entienda.


"¿Mamá/Papá te vas a morir?"

"Mamá/papá, ¿Me voy a morir?"



También es posible que surja esta preocupación en el niño al conocer la noticia. Es algo normal y deberemos responder igualmente con cariño, paciencia y enfatizando muchísimo en el futuro lejano. Para apaciguar esta preocupación.


"Si cariño, yo y todos nos morimos algún día, pero espero que eso pasará cuando sea muy muy muy muy muy muy, ¡mayor!"


 ¿Y si a muerto por accidente?




Podemos explicarle los procedimientos que se han llevado a cabo, la ambulancia, los médicos, por ejemplo:

"Los médicos han usado todas las medicinas que han podido para intentar curarle, pero no han podido hacerlo. Es muy difícil que eso me pueda pasar a mí. Yo quiero vivir muchos años para estar contigo mucho, mucho, mucho tiempo."


Entre los 6 y los 10 años:




A esta edad ya suelen entender el concepto de irreversibilidad y universalidad. Es más fácil razonar con ellos y explicarles la situación. Como ya hemos dicho, sin mentir, sin eufemismos, con paciencia y comprensión. Ya que pueden surgir temores, miedos, angustias a la posible muerte de un familiar (como ya hemos visto).


Entre los 10 y los 13 años:




A esta edad los niños entienden el concepto de irreversibilidad y universalidad, lo que no implica el saber afrontarlo.

Ya que la PRE-adolescencia y la adolescencia son etapas muy complicadas, con hormonas en plena efervescencia, y donde además no tienen los recursos de comunicación. Donde prefieren encerrarse en sí mismos, en lugar de hablar de ello. Siendo corriente que busquen actividades para desconectar de todo lo que tenga que ver con la muerte, duelo o el sufrimiento.



Los expertos aconsejan que a esta edad se les implique en asistir al funeral, etc. Como el resto de la familia, ya que así pueden ver y tomar ejemplo de cómo los adultos afrontan el dolor de una pérdida, para poder seguir adelante. Es muy importante atender a sus preguntas y dudas, ya que su capacidad de razonamiento es mayor.



A estas edades los padres les podemos preguntar si desean participar en los ritos funerarios, y sea cual sea su respuesta respetarla. Ya sea afirmativa o negativa. Si es afirmativa, es conveniente anticipar lo que va a ver, en qué va a consistir y permitirle que participe si así lo desea.


"La intensidad del duelo, es directamente proporcional a la intensidad del vínculo"



Esto quiere decir que si fallece un abuelo con el que el niño no tenía demasiado apego, puede llevarse más fácilmente la pérdida.



No obstante, socialmente se suele aceptar con mayor facilidad el fallecimiento de personas mayores como "Ley de vida", por lo que este tipo de pérdidas no suelen representar un problema. A no ser, como ya he dicho, que el niño tuviera un fuerte vínculo con la persona fallecida.


Fallecimiento de un Hermano




En estos casos en muy importante hacer sentir al niño que no sustituye al hermano perdido. (Véase por ejemplo los casos de abortos espontáneos y posterior embarazo). En la charla se comentó el hecho de que antiguamente (y actualmente en menor medida) se solía dar el nombre al "nuevo" hijo del hermano fallecido, o padre, etc.



Se ha demostrado que este acto, que nosotros podemos ver como algo hermoso y una forma de recordar a la persona perdida, provoca en realidad, un mal proceso del duelo, como si nunca aceptáramos lo ocurrido. Lo que suele provocar, además, comparaciones con la persona fallecida.


La culpa




Es muy frecuente en la pérdida de un hermano, que está enfermo, que el niño se sienta culpable.

Todos somos humanos, y a lo mejor en una milésima de segundo deseamos que todo se acabe ya. Pero después nos damos cuenta de lo horrible que es pensar algo así y nos sentimos culpables por ello. Peor aún si lo que deseamos se cumple y esa persona enferma fallece.



En los niños esto se procesa muy mal. Ya que, dada su poderosísima imaginación, ellos llegan a pensar fervientemente que si lo han deseado y se ha cumplido ha sido por su culpa. Arte de magia. Ellos lo han hecho. En estos casos es muy importante que el niño cuente lo que le pasa y ayudarle a entender lo que ha sucedido realmente. Aceptando sus sentimientos y llenándole de comprensión incondicional para poder ayudarle a superar esos sentimientos.


Fases del duelo




Al igual que los adultos, los niños también pasan por fases de duelo, ya que es un proceso adaptativo y requiere de tiempo. Tiempo para despedirse y aceptar todo lo sucedido.



  • PROTESTA.

La protesta es la fase en la que el niño echa en falta al fallecido, llorando amargamente o mostrando en forma de quejas esperando a que esa persona regrese. Suelen estar alerta a cualquier señal y muestran gran irritabilidad. Esta fase puede durar varios días, dependiendo de la edad.



  • DESESPERANZA.

Unos días más tarde, el niño deja de esperar al fallecido y las muestras de irritabilidad y llanto disminuyen. En esta fase comienza un estado de apatía y retracción, Tiene menor actividad física, no se divierte, o muestra menos interés e ilusión en realizar planes.


"Al cabo de un tiempo el niño comienza a aceptar la dolorosa realidad"



Es normal que tenga sentimientos de tristeza, miedo, culpa o tenga cambios de humor. Necesitaremos normalizar y comprender esos sentimientos con amor y paciencia.



  • TRANSFORMACIÓN DEL VINCULO:

Al cabo de un tiempo, el niño comienza a aceptar la pérdida de su ser querido, y a transformar ese vínculo. Es a partir de aquí cuando comienzan a volver a la "normalidad" volviendo a mostrar interés por el mundo.


Volver a la rutina en casa y colegio




La familia y el colegio deberán estar coordinados. Es importante que las rutinas del niño cambien lo menos posible. En ningún caso se le debe alejar del entorno familiar para "protegerlo" del dolor. Ya que esto podría ser más doloroso y angustioso para él/ella.



Es importante que el profesorado conozca la situación, y mantenga un adecuado canal de comunicación con la familia del niño, para minimizar los problemas que puedan surgir sobre rendimiento escolar bajo o mala adaptación.



La situación podría afectar a su concentración y atención sufriendo conductas ansiosas, desafiantes, que esté irritado o preocupado, incluso obsesivo y sufra llantos repentinos.



El profesorado puede informar al resto de compañeros para evitar que chismorreos, rumores, preguntas incómodas y / o malentendidos. Esto puede ser beneficioso, para que los niños entiendan su situación y quede todo o más claro posible.


¿Qué es un duelo complicado?




En la charla también se nos explicó esta cuestión. Muchas veces, aunque seamos adultos, para nosotros también es difícil muchas veces aceptar la muerte de un ser querido.



En algunas ocasiones, la falta de afecto en el proceso de duelo puede provocar un problema en el desarrollo normal del duelo.

Pueden aparecer algunos síntomas que nos indiquen un duelo complicado: (Según la edad)



  • Dejar de imitar.

  • No emitir señales

  • Pierden completamente el interés por su entorno.

  • Muestran apatía. Mirada perdida.

  • Pérdida de control de esfínteres.

  • Dificultad para crear juego simbólico.

  • Sufrir una regresión, teniendo conductas propias de edades más tempranas.

  • O por el contrario adoptar el papel de adulto, demasiado para su edad. Teniendo una actitud protectora hacia sus familiares.


¿Qué hacer en un duelo complicado?


Lo primero y más importante será:

  • Consultar con un psicólogo. El cual valorará si el niño necesita terapia.



  • Enseñar al niño a normalizar sus emociones. Las que pueda estar sufriendo debido a la pérdida, y manejarlas de una forma adecuada. Siempre con respeto, valoración, compresión, reconocimiento de sentimientos, y confianza.



  • Enseñarles a vivir su pérdida, ofreciendo recursos que puedan llevar a cabo por sí mismos, y poder llegar a hacer su vida sin nosotros. Dándoles ejemplo como mejor sepamos.



Es muy importante obviar frases terriblemente dañinas como "los niños no lloran". Frase típicamente utilizada para los varones. Estar triste no es algo malo. Llorar la pérdida de un ser querido debe ser algo natural para ellos. Ya que era una persona muy querida. Recordemos que La intensidad del duelo, es directamente proporcional a la intensidad del vínculo.

Llorar la pérdida de nuestro ser querido es algo que nos hace humanos, no nos hace débiles, y los niños, al igual que los adultos sufren una gran pérdida en sus vidas.



Esta charla me ayudó mucho a comprender y aprender cómo abordar el tema de la muerte con Superboy. Por suerte para nosotros es un tema aparcado por el momento y deseamos que pase muuuuucho tiempo hasta que tengamos que explicárselo. Y para eso es necesario que a nadie se le ocurra morir, ¿vale?  ;)



Espero que para ti también sea de gran ayuda o que pase mucho tiempo hasta que necesites usarlo.

Te dejo la página donde podrás encontrar la Guía completa de Seguros Meridiano. Podrás descargarla y consultar dudas que puedas tener.

Guía Mamá, papá. ¿Qué es la muerte?


¡Un grandísimo abrazo!

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