Como me dijo mi psicóloga

Ir a Terapia no es para cualquiera.   A terapia solo van los valientes.   Los que quieren mejorar.   Los que quieren avanzar.   Los que quieren cambiar y romper patrones tóxicos.   Sanar viejas heridas.   Los que se atreven a mirar la mierda de dentro y a sacarla para limpiar.   Para los que abren el armario y tiran la ropa vieja, sucia y que huele a rancio.   Yo voy a ser valiente por ellos.   No fue fácil. Dolió mucho. Y no cualquiera coge ese dolor y lo acepta, lo abraza y lo transforma.   Se merecen a una madre sana, estable, que no los traumatice y los haga ir a terapia de adultos.   El camino es largo, pero vamos pasito a pasito.   Ahora que me doy cuenta de los traumas ajenos, porque ya me conozco a mí misma y se lo que no tolero. Siento pena por ellos, y por sus hijos.   Sobre todo, por sus hijos.   Porqué el que tiene un trauma y no acude a terapia, su hijo lo hará en el futuro.   Y si no va a terapia o repite patrón o se vuelve drogodependiente.   Tener hijos para darles un

Motricidad fina para niños de 3-4 años

En una pasada reunión con la profesora de Superboy.


Nos recomendó incentivar en casa la psicomotricidad fina.

Aunque Superboy siempre le decimos que tiene mucha fuerza, que él es muy fuerte.

La realidad es distinta.

Además de cansarse antes que los otros niños a jugar correr o saltar, siempre ha tenido flojera en las manos.

Como no prestaba atención a jugar con plastilina, no había manera de jugar con él y tampoco queríamos obligarle. Por lo que hacíamos otras cosas. Como, jugar con legos, bloques de madera, puzles, pintar con pincel, o pintar con lápices y aprender cómo se agarran correctamente.





Incluso le compré unos palillos chinos infantiles para que practicara comer con palillos. Fue un capricho mío, como amante de Japón, sin pensar en que hasta esto podía ser un incentivo para su psicomotricidad.

Pero al comenzar el colegio algo ha cambiado, y después de la reunión con su profesora me fui derecha a comprar cosas para la psicomotricidad fina.





Cordones con madera

Trazar con cordones

Tablero rompecabezas

Tornillos y tuercas

Lo más fácil era comprar en la tienda de abajo la plastilina. Lo segundo mirar por Amazon.


Le compré dos cosas que le han encantado, aunque es un niño de frustración fácil y enseguida se cansa. O peor, si no le sale te dice que no puede y lo deja o nos dice que lo hagamos nosotros.



Y la plastilina, la de toda la vida del Señor. De los colores que él ha escogido. Y el que más ha triunfado, aunque le ha costado empezar aplastar y moldear.


Con decir que no puede… cree que lo tiene todo solucionado. Que su madre o su padre se lo van a hacer. Pero con paciencia (cosa que conseguí recuperar) y con decirle:


“No, yo no te lo voy a hacer. Tú puedes hacerlo, pero no quieres”



Al final he conseguido que trabajé la plastilina. Y así seguiremos hasta nuevo aviso. Reforzando su motricidad hasta nuevo aviso.











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